Después de varios días siguen sin salir las palabras. No hay manera de que salga un texto emotivo para poder representar lo vivido. Quizás sea por la alegría que viví, y vivimos, por el logro de estos tipos que corren atrás de una pelotita.
En realidad, no tiene porque salir algo emotivo, cuando el sentimiento real fue alegría. Alegría pura. Esa sensación de que se llegó a un hecho inimaginable. A algo que nunca pensé que iba a vivir. Capaz que por estas razones las palabras siguen sin salir, o sin poder escribirse.
Lo que menos espero es que algún integrante de la delegación de Qatar 2022 lea que un pibe de Villa Ramallo les diga: «Muchas gracias. Gracias por hacerme un tipo feliz». Dudo que les llegue o que eso pase, pero ponerlo acá ya es un paso.
El punto y aparte es para Lionel Andrés. Si estamos contentos nosotros, imagínense él. El tipo tenía todo, menos esa copita de seis kilos y algo. Ahora la tiene, la ostenta, la muestra y nos puede decir, con claridad y exactitud, cuanto pesa la Copa del Mundo. Nos lo puede decir porque la levantó por todos lados. La llevó en sus manos. La miró, la levantó, la besó y, como es un tipazo, la compartió. La compartió porque entendió que no la encontró solo, tuvo un grupo increíble que lo acompañó muy bien y eso -ser un tipazo- es lo que mejor le sale.
«Si hay un sueño cumplido, es este», esto lo dijo Gustavo Cerati cuando terminó de cantar Bajan en un escenario con Luis Alberto Spinetta, pero si lo decía Messi en una entrevista el domingo después del partido, valía igual.
Ojalá, algún día, pueda poner algo lindo sobre este hito histórico en nuestras vidas para los que amamos al deporte. Hoy, salió esto.
¡AL GRAN PUEBLO ARGENTINO, SALUD!
Facundo Catalini 